Casi un recuerdo
El mal había causado estragos en el cerebro de Doña Carmen, devastándolo por completo y anulando por completo a la mujer fuerte que había sobrevivido a una guerra, a la miseria más absoluta, a un país en el que pensar diferente estaba penado, a la muerte de un hijo, a la despedida en silencio del amor de su vida…
Todos esos palos se los había echado a la espalda mostrando siempre la mejor de sus sonrisas, mirando el camino con esperanza.
Aquella mañana de Navidad en la Residencia de Mayores donde pasaba su vejez un grupo de niños cantó villancicos y escuchándolos la mujer regresó del olvido en el que estaba sumida con los ojos inyectados de ilusión por la música. Parecía imposible pero el Alzheimer todavía tenía algunos huecos.